ROD's (Objetos Identificados Por Cámaras Fotográficas)




Desde que en 1994, José Escamilla acuñara el término «ROD» para definir “artefactos” percibidos como objetos voladores de forma alargada que aparecían en filmaciones y videos, se han hecho miles de denuncias al respecto que, si unimos los minutos de filmación y fotografías publicadas, lograríamos editar toda una enciclopedia de casuística «ROD». Pero esto sólo confirma que un fenómeno se está dando y que cualquiera puede captarlos, pero no se está consciente de cómo se logra.

«ROD» es una palabra del idioma ingles que significa “barra”, “bastoncillo” o “varilla”, denominación dada por la apariencia que estos “artefactos” presentan en videos y fotografías.

En múltiples ocasiones se ha tratado de explicar este curioso fenómeno, adjudicado al campo del fenómeno OVNI y al reino de la criptozoología. Sin embargo, como todo fenómeno que se encuentra al filo de la realidad, se ha convertido en un asunto de creencias, pues mientras por un lado se cree que son seres dimensionales relacionados con los “extraterrestres”, por otro se menciona que son formas de vida terrestre no catalogada. Incluso se dice en algunos círculos que pueden ser la evolución lógica de un animal prehistórico cuya forma, similar a los trilobites con una membrana longitudinal que les sirve para desplazarse, recuerda a la de estos “objetos” cuando se muestran en videos y fotografías, convirtiéndolos, según los entusiastas de esta teoría, en el eslabón perdido que une a la entomología actual con la paleontología. La creencia menos común pero que también se menciona, es la de que son micro-ovnis. Esta última puede ser correcta en principio, ya que denotaría objetos voladores no identificados muy pequeños. La polémica surge cuando se le intenta dar la connotación de “Micro-Naves alienígenas tripuladas”.

Dentro del posible misterio que todo esto pueda encerrar, muchos intuyen ya como valedera la opinión de que se tratan de simples insectos en una especie de exposición múltiple, teoría que a mi me parece correcta, sin embargo, hasta ahora, no había sido posible demostrarlo.

Algunos se dieron a la tarea de hacer experimentos para descubrir de qué se trata, y han conseguido hacer excelentes tomas. Podemos mencionar los trabajos de Michael Merchant con abejas, las imágenes de Shannon L. Story con avispas y la demostración con figuras de papel de Henrik Herranen, que pone en evidencia que se trata de un fenómeno óptico propio de las cámaras.

Viendo toda la información vertida en cada una de las hipótesis que pretenden desvelar el misterio, sólo falta, para zanjar la discusión, una mayor difusión de estos estudios, incluida la traducción a todos los idiomas posibles y, además, un video detallado donde se muestre lo que he dado en llamar “Transrodización”, que no es otra cosa que la transformación de un insecto en un “artefacto” llamado «ROD», y que puede aplicarse tanto a fotografía como al video.

La nula capacidad de las cámaras comunes para captar movimientos muy rápidos en video, y la iluminación que sobre ellos cae, termina por crear la ilusión de una varita invisible. La razón para darle un sentido de misterio estriba en que “como el ojo desnudo no capta estas formas, entonces debe ser un ente desconocido e invisible”. Este tipo de razonamiento es el que le ha atribuido a las cámaras cualidades paranormales, objetos que logran captar “lo que el ojo no ve”, y esto está a un paso del mundo mágico, por lo que era cuestión de tiempo para colocar a este fenómeno óptico en el campo de los entes dimensionales. Al hablar de entes dimensionales, cosa que también se usa con referencia a los extraterrestres, fue de nueva cuenta sólo cuestión de tiempo para darle su lugar dentro de la casuística OVNI. Los más conservadores y no entusiastas de los OVNIS, pensaron que se trataba de un ser volador no catalogado, por lo que también se le dio su lugar en la Criptozoología.

Cuando se capta algo en lo que no reparamos, no vimos o a lo que no dimos atención al momento de grabar un video o tomar una fotografía, se dice que se ha captado algo extraño. Esto es la base de lo que se ha dado en llamar “OVNIS FORTUITOS”; tema que tiene a la comunidad ufológica de cabeza porque el estudio analítico de la mayoría de estas fotografías es bastante complicado; por esta razón, generalmente, sólo se contabilizan y acumulan.

Un dato que he escuchado en torno a los «RODS» es que estos “artefactos” pueden medir desde 10 cm hasta 6 metros. Estas medidas tan discrepantes se deben a la imposibilidad de poder determinar, con certeza, la exacta posición en la que se localiza el “artefacto” dentro de la toma. Si a esto sumamos que se dan curiosas coincidencias como que el movimiento parece rodear un arbusto, una cascada, o a una persona, se tendrá la apariencia de que son muy grandes, sin embargo están más cerca de la lente de lo que aparentan y por lo general son más pequeños de lo que se cree, todo depende de la luz, ángulo de incidencia, velocidad, centelleo del refresco de los cuadro que conforman el video y el enfoque de la cámara que los capta, además de la distancia al objetivo.
He visto algunos estudios en los que empalman los fotogramas y logran captar una forma única a lo largo de una trayectoria perfectamente distinguible, sin embargo esto no se ve en todos los casos, ocurre según la distancia a la que el “artefacto” se encuentra de la cámara. Supongamos que la velocidad del “artefacto” es constante, y tenemos dos rangos de distancia, en la distancia más corta a la lente, tendremos un campo visual reducido, mientras que el rango más lejano, tiene un campo visual mayor. Cualquier objeto que pase por el rango menor, se verá grande y muy veloz. El objeto que pase por el rango más amplio, se verá pequeño, y con una velocidad menor. Si esto lo representamos gráficamente, se abrirá en un cono cuyo vértice inicia en la lente del objetivo y se va abriendo a medida que nos alejamos de ella. El rango menor de distancia se localiza cerca de la lente, el mayor, hasta el infinito del campo visual. Por lo que podemos deducir que, el tamaño aparente del objeto que cruza por el campo visual, es inversamente proporcional a la distancia a la que se encuentra del objetivo de la cámara. El valor D es el campo visual, pero no hay forma de definir la profundidad de campo, cosa que no se puede obtener de un video o fotografía, y menos aún de este tipo de “artefactos”, puesto que no hay manera de poder tener una certeza de en qué punto del campo visual pasó el insecto. Incluso a ojo desnudo es difícil dar con exactitud medidas de altura o distancia cuando con lo único que se cuenta es un tamaño aparente.

Otra cosa que puede manchar el enfoque lo representan objetos que se encuentren en cualquier parte del campo visual, ya sea cerca o lejos de la cámara. El más común lo representan árboles o nubes, lo que esté más cerca del objeto que se filma. Una nube puede tornar difusa la figura de un avión pasando sobre ellas, dándonos sólo un punto luminoso difícil de precisar. ¿Por qué? Porque la nube está más cercana al objetivo que el avión, y las cámaras automáticas de video, o fotografía digital tienden a enfocar el punto más cercano que refleje luz. Muchos videos de esferas o rombos rosados que pasan por el cielo pueden deberse a esto, incluso insectos “estacionados” en el aire, producen este efecto por el bamboleo y la imposibilidad de que la cámara logre un enfoque adecuado. Esto se puede solucionar con equipo de enfoque manual. En algunas cámaras se cuenta con distancias de enfoque predeterminadas, pero casi nadie las usa. Y no es nada común que se midan distancias para obtener el enfoque óptimo.

Para el común de la gente no es posible precisar con exactitud la velocidad de un “ROD”, sin embargo existe una manera con la que por lo menos podremos decir que se mueve más rápido o más lento que otro, y esto es contabilizando los cuadros de video en los que aparece.

Normalmente todas las cámaras tienen un avance de cuadro (FPS) de 30 cuadros por segundo, es decir, 30 fotografías para formar un segundo de grabación en video, en cine son 24. Si un “ROD” aparece sólo en 3, tendremos que le tomó aproximadamente 10 centésimas de segundo cruzar el campo visual. Si lo tenemos en 15 cuadros, le tomó 50 centésimas, es decir, medio segundo. Pero esto sólo puede decirnos dos cosas: El objeto que aparece en 15 cuadros se encuentra más alejado de la cámara, por lo que la distancia para recorrer el campo visual es mayor que la del objeto que sólo aparece en 3 cuadros y requiere mayor tiempo para cruzarla. Pero de ninguna forma puede decirnos a qué distancia de la cámara se encuentra realmente ni la verdadera velocidad del objeto. Y puesto que no conocemos con exactitud a qué distancia del objetivo pasó, también desconocemos la distancia que tuvo que recorrer en nuestro campo visual.

Hay muchas variables que desconocemos como para definir una ecuación que nos permita prever este fenómeno. Pero con lo anteriormente expuesto nos damos una idea de su origen.

También podemos obtener patrones distintos de barrido dependiendo del objeto que se trate, puesto que cada insecto tiene su propio patrón de vuelo y forma.

Es mucho más sencillo captarlos en video, puesto que la imagen se captura de forma continua. En una fotografía se debe tener buenos reflejos si se usa una cámara ordinaria, a menos que tengamos un enjambre que revolotee en un mismo lugar. El detalle es que las cámaras ordinarias, y más si son digitales, no tienen una rápida respuesta de toma al oprimir el disparador, pero tenemos la ventaja de poder regular la velocidad de obturación en un rango de 30 segundos hasta una milésima de segundo, así como la abertura de la lente para regular la luz que llega, cosa que el video no tiene, a menos que se trate de una cámara de alta velocidad. Pero en estas cámaras ya no aparecerán “RODS”.

¿Cómo grabar un «ROD»?

Son varias cosas que deben conjuntarse para poder filmar o fotografiar un «ROD». En primer lugar se debe estar en un punto de alto contraste entre luz y sombra, colocar la cámara bajo el área de sombra y apuntar hacia un área iluminada, por lo general en forma perpendicular a la incidencia de la luz, cosa bastante sencilla si la fuente de luz es el Sol, pues con sólo apuntar al frente se logrará. En los casos en que la fuente de luz sea artificial, sólo se deberá tener cuidado de que la fuente de iluminación no llegue al objetivo de la cámara, pues nos manchará la imagen con reflejos no deseados. Un ejemplo de esto podría ser la entrada a una cueva, el quicio de una puerta o el cuadro de una ventana. Para mejores resultados, tras el área de la toma, debe haber un fondo de contraste, el color negro da excelentes resultados, pero cualquier fondo oscuro servirá.

Hace algún tiempo, me comentaron de un programa televisivo en el que se hizo un experimento con dos cámaras de video, una normal, como la que usted o yo podríamos adquirir, y otra de alta velocidad, ambas apuntando hacia la misma zona. Los resultados fueron los siguientes: Con la cámara normal obtuvieron un «ROD», con la de alta velocidad pudieron constatar que se trataba de una polilla. Aunque se corroboró que ambas tomas fueron hechas al mismo tiempo y apuntando hacia el mismo lugar, el uso de dos cámaras da pie a los entusiastas de este fenómeno para sospechar de la validez de tal experimento.

Pensando en eso, y haciendo pruebas, se me ocurrió conseguir una toma que no dejara lugar a dudas. Desde la primera grabación obtuve «RODS», pero no podía definir al insecto que los producía. Logré tomarlos bajando, subiendo, entrando y saliendo por una puerta y hasta revoloteando a lo lejos. Cuando se sabe lo que se busca y cómo buscarlos, es fácil saber hacia dónde mirar. Mientras hacía las tomas de video, veía la escena fuera del visor de la cámara, razón por la cual tengo la plena seguridad de lo que se trata en realidad. Esta es la diferencia entre un “ROD” y un “error de artefacto”, mientras que los “RODS” son más cercanos a los “OVNIS FORTUITOS”, el “error de artefacto» es el resultado de saber lo que se toma pero que el aparato que se usa para captarlos no los muestra en su verdadera naturaleza. Cuando estamos en un día de campo y los insectos pululan, inconscientemente sabemos de lo que se trata, pero no les prestamos mayor atención, a menos que se posen en nuestro emparedado o refresco. Pero si en esta escena de solaz y esparcimiento, tomamos video o fotografías, veremos al revisarlos, que extraños “artefactos” aparecen en el campo visual.

En los videos que he tomado, los más grandes son moscas, mientras que los más pequeños son mosquitos y diversos insectos propios de la vegetación.

Pero necesitaba conseguir una toma donde pudiera ver que un insecto conocido se convirtiera en un «ROD». La oportunidad no se hizo esperar. En el piso de la habitación en la que me encontraba, frente a la puerta que da al exterior, había una mosca. La luz del Sol entraba de lleno creando un cono perfecto de luz oblicua. Mosca en el piso, luz entrando por la puerta, ángulo inmejorable, me dije: “Esta es mi oportunidad”, tomé pose y enfoqué. Comencé a grabar y esperé a que se moviera. Ésta, inmediatamente emprendió el vuelo y salió por la puerta.

La toma me dio como resultado una secuencia de 7 cuadros en la que pude obtener la “TRANSRODIZACIÓN” de una mosca.

Aquí las imágenes en secuencia.

Cuadro 1: La puerta se encuentra a la derecha, por donde incide la luz. El piso es concreto pulido. El insecto es una “díptera braquícera” de la familia Sarcophagidae, conocida como moscarda de la carne, que recuerda a la mosca común pero más grande.

Cuadro 2: La mosca toma impulso para elevarse.
Cuadro 3: Empieza a aletear y ponerse en movimiento, girando a la derecha. Podemos ver que la mosca ha cambiado su forma a una figura oblonga y cuyas alas no son perceptibles por el movimiento y lo iluminado del piso, cosa que podemos ver en la sombra proyectada. Sus alas son transparentes y no hay contraste en este punto.

Cuadro 4: La mosca acelera y sigue su curso hacia la puerta (lado derecho de la imagen). Ha tomado más velocidad por lo que su cuerpo es más alargado y difuso, cosa que se constata nuevamente por la sombra que proyecta en el piso. Esto nos va dando el indicio de que a mayor velocidad del objeto, la cámara se va haciendo menos eficiente para captar su imagen, cuya velocidad supera ya a la velocidad de refresco de imagen del video. Esto puede suceder tanto en digital como en análogo.

Cuadro 5: Mayor barrido aún, lo que indica mayor velocidad del insecto. Y se dirige a la zona de contraste. La sombra es más larga y se torna borrosa también por la velocidad. En este punto la mosca solo es un rayón en la imagen. Esto recuerda mucho a las tantas fotografías que circulan sobre “OVNIS FORTUITOS”, en las que solo se ven manchones oscuros, y que por su apariencia recuerdan a cilindros o discos, pero recordemos que una fotografía es una representación en dos dimensiones de un medio tridimensional, no hay profundidad, por lo que una silueta en 2 dimensiones no garantiza la forma que supone.
La sombra muestra que tanto en la parte trasera como en la delantera hay zonas claras, mientras que en la central es más oscura y densa. Esto se explica por el mismo movimiento, el tamaño real del insecto nos lo da la parte oscura, mientras que las zonas claras representan por donde el insecto pasó y por donde está pasando es decir, donde se hace notorio el movimiento. El centro es negro a pesar del movimiento porque es por donde la longitud del insecto es constante y la luz no lo atraviesa, y los segmentos extremos se ven claros porque se está desvaneciendo (atrás) o empezando a formarse (delante). Pero si vemos al insecto, es irreconocible, porque el ojo no percibe los tenues barridos de la totalidad del cuerpo, así que solo se verá la parte sólida (cuerpo) distorsionada por la velocidad, creando una ilusión de dos platos unidos por sus bordes.

Cuadro 6: En este punto podemos observar que lo que a simple vista es un insecto pasando a gran velocidad, en la zona de contraste se transforma en un “ROD”. Podemos apreciar la forma alargada y los tres pares de alas que la frecuencia de aleteo de la mosca nos da. El ángulo escogido para la toma y la incidencia adecuada de la luz, además de la cercanía, nos da una profundidad de campo espléndida para obtener una imagen, en apariencia, casi tridimensional de la mosca transformada en “ROD”. Gracias a ello podemos ver con detalle las alas que la identifican como mosca. Pero si observamos en la sombra que aún proyecta, repararemos que esta no refleja lo que la cámara está captando en la zona de contraste, y que nos da la conclusión de que este fenómeno es en realidad provocado por la incapacidad de la cámara de captar movimientos más rápidos que su propia velocidad de refresco de imagen cuando el objeto refleja la luz. Es decir, que para cuando la cámara cambia de cuadro, la mosca ya avanzó un tramo equivalente a 3 ciclos de aleteo, cosa que se deduce de los 3 pares de alas que podemos ver iluminadas. En este tipo de imágenes lo que se fotografía no es el insecto, sino el reflejo de la luz sobre él. Entre los pares de alas que se ven, hay muchos más que la cámara no capta por el simple hecho de que el ángulo de esos otros pares no está alineado con la lente, por lo tanto las que si reflejan la luz, opacan a las demás. Esto lo podemos ejemplificar con espejo que apunta al sol que, al variar su ángulo, moverá el reflejo, que sólo veremos si incide directamente en nuestros ojos.

Cuadro 7: Finalmente, la mosca ha salido de cuadro.
Detalle de la mosca “Transrodizada”, es decir, convertida en ROD.
En el siguiente esquema podemos ver, sobreponiendo la secuencia del cuadro 2 al 6, la trayectoria, movimiento, y los espacios entre los cuadros del video, que a medida que toma velocidad, deben ser mayores.

Fuente: Leopoldo Zambrano.
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