PRESENCIA DE VIDA EN OTROS PLANETAS I
“Las
muestras extraídas de la Atmosfera de Venus han provocado enorme sorpresa en
los científicos. Aunque en un principio paso inadvertida, una minúscula
criatura de apenas un cuarto de milímetro de diámetro se ha convertido en la
primera prueba de vida extraterrestre en la historia. Fue descubierta en e
interior de un receptáculo de la nave robótica: BepiColombo de la Agencia
espacial Europea (ESA) tras una incursión en la atmosfera venusiana.
El
ser, cuya clasificación taxonómica está aún por definirse, presentaba forma de
burbuja antes de “desinflarse” al interior del aparato, esto a juzgar por la
flácida capa de piel que quedó y se puede apreciar lo que parece una docena de
cilios o filamentos que pudieran servirle como medio de locomoción o
alimentación. El análisis postmortem ha revelado una rara constitución orgánica
basada en enlaces de carbono y nitrógeno.
Ex
biólogos de la NASA no descartan que en la nave pudo haber recogido cientos de
especímenes similares, pero se habrían desintegrado durante el violento
contacto con el brazo robótico o debido a las condiciones extremas del viaje de
regreso a la Tierra. Se cree que “Bepi” como ha sido bautizada por el equipo
científico que la descubrió, es tan solo uno de entre miles de millones de
entes similares que habitan la densa capa de nubes que cubre su planeta, por lo
que ya se ha diseñado un sistema que pueda capturar más ejemplares sin
causarles daño-un vehículo en forma de globo aerostático-.
Grupos
ambientales han levantado de inmediato la voz ante lo que consideran un
atentado contra la naturaleza, y también han expresado su inquietud por la
posible contaminación que pudiera ocasionar en la Tierra.
Sobre
este último la ESA aclaro que si bien se han seguido las más estrictas normas
de seguridad para evitarlo, en realidad la Atmósfera de nuestro planeta es la
que representa un auténtico peligro para esta clase se seres.”
Lo
anterior es mera especulación pero no escapa a las posibilidades científicas
que han considerado sobre la existencia de vida en otros mundos. Se calcula que
tan solo la Vía Láctea hay alrededor de 100,000 millones de planetas-17,000
millones de ellos con un tamaño similar al nuestro-. Desde épocas pasadas, tras
reconocerse que el Sol era el centro del sistema planetario, y más aun con el
advenimiento de los telescopios astronómicos, la gran inquietud ha sido saber
si los otros cuerpos celestes están ocupados, y en su caso cuál sería el
aspecto que tendría sus habitantes.
Esta
pregunta fue planteada por el escritor y divulgador francés Fontelle (
1657-1757) que en su libro “Conversaciones
sobre la pluralidad de mundos” además de explicar la teoría heliocéntrica
de Galileo, opinaba que cada uno de los planetas contaría con características
propias y, en consecuencia, sus pobladores, a los que creía físicamente
similares al ser humano, tendrían costumbres muy diferentes de las nuestras.
Escribió por ejemplo, que los selenitas, aquellos que vivían en la Luna, tenían
que habitar en ciudades subterráneas, dado que el satélite no había agua ni
nubes, tampoco protección alguna contra los rayos solares. Sus observaciones
sobre el resto de los planetas del Sistema Solar atendían a la proximidad de
nuestra estrella, y de ahí que la temperatura, tuviera efectos sobre el
carácter; los venusinos eran más alegres por su cercanía al Sol, mientras que
los Saturninos deberían ser más flemáticos, y los marcianos no deferían mucho
de los terrícolas.
Dos
siglos después, la carrera espacial impulso la exploración y el análisis real
de los cuerpos celestes. La espectrometría ha revelado que las condiciones
bioquímicas de los planetas más cercanos hacen imposible la probabilidad de
condiciones óptimas para el desarrollo de una civilización similar a la
nuestra. La propiedad de los seres para crecer, reproducirse y relacionarse con
el ambiente ha sido vinculada con la necesaria presencia de agua en el medio
ambiente de cualquier planeta que pueda describirse.
Bajo
esta idea, la directiva que seguido las misiones de exploración del Sistema
Solar se basa en la búsqueda de sitios donde el agua líquida pueda estar o haya
estado presente. Por esto cada vez que se encuentran rastros de este compuesto
en la geología extraterrestre, los encabezados de los medios de comunicación
recorren el mundo llenos de expectación y ansiedad asegurando “esa posibilidad
de vida tal como la que conocemos”, sin considerar que la sola presencia del
compuesto, a menudo en cantidades mínimas, no es una garantía absoluta. Esta
forma de pensamiento, el suponer que la nuestra sea la única clase de
existencia en el Cosmos, ha sido calificada por los expertos como “terracentridad”;
de ahí que se requiera de un gran esfuerzo para ampliar nuestras ideas sobre
donde puede ser posible la vida y que formas reales podría tener. Esto implica
que pueda existir otros ambientes que no necesariamente sean necesarios
idénticos al nuestro, cuya bioquímica sea del todo funcional que en condiciones
que a nosotros podrán parecernos letales o ajenas a nuestro entendimiento
científico ordinario.
Fuente:
NASA Noticias
Dra.
Anayatzin S. Mendoza
Comentarios
Publicar un comentario